· Maite Nicuesa ·
En ocasiones, damos las gracias por puro
protocolo, sin embargo, el verdadero sentido de la gratitud surge de darlas de forma sincera a una persona que las merece de verdad. Existen gestos tan importantes como la compañía de alguien que te reporta un feedback positivo para sentir gratitud. Las personas no somos ideales, tenemos días malos y momentos grises. Aquellas personas que te valoran del mismo modo tanto cuando estás en un día estupendo como cuando estás bajo de ánimo, son personas que merecen la pena de verdad porque su simpatía hacia ti no depende de un factor externo sino de algo interno que a nivel racional es
inexplicable (las leyes del cariño humano no se pueden racionalizar al cien por cien).
Motivos de gratitud
Existen personas que son
buenas en esencia, personas que tienen un buen corazón y te transmiten una nobleza interior y una verdad que no ves siempre en los demás. Esta bondad interior que te contagia tantas cosas buenas gracias al efecto positivo que produce la imitación (no existe nada que sea tan pedagógico como el ejemplo) también suma capacidad de superación, ganas de vivir el presente,
emociones agradables…
En el contexto de la
comunicación interpersonal caemos en la trampa de dar las cosas por supuestas en lugar de expresar de forma real la gratitud hacia alguien. La gratitud pierde el mismo valor cuando se expresa fuera de contexto, es decir, conviene tener en cuenta el momento oportuno para reportar un feedback valioso al otro.
Formas de dar las gracias
Existen muchas formas de dar las
gracias, cuando un cariño es de verdad entonces te surge el deseo de querer dar las gracias por todo en general y por nada en concreto al mismo tiempo. Existe una fórmula sencilla: “Gracias por estar ahí y ser como eres”.
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