¿Qué dicen los planetas transpersonales sobre el futuro de la humanidad?

Urano, Neptuno y Plutón derrumbarán el viejo mundo para construir uno nuevo. Los conflictos económicos, naturales y sociopolíticos actuales son promovidos por ellos.

Los planetas llamados “transpersonales” –Urano, Neptuno y Plutón- son los más lentos en su movimiento alrededor de la Rueda Zodiacal; eso significa que su energía afecta a más personas al mismo tiempo, porque esos períodos son muy grandes. De este modo, su influencia influye no sólo sobre una persona, sino sobre la sociedad toda o sobre grupos generacionales.

De ahí que se los considere relacionados con determinados acontecimientos históricos, dado que los tres están vinculados con el concepto de “cambio”, fuerza que cada uno de ellos provoca de distintas maneras.

Es así que la presencia de estos astros está vinculada a acontecimientos importantes, como la Revolución Francesa, las Guerras Mundiales, los inventos, descubrimientos, cambio de actitudes a nivel social y cultural, etcétera.

TRÁNSITOS DE URANO, NEPTUNO Y PLUTÓN

Son mucho más lentos que los demás planetas, es decir, tardan mucho tiempo en dar toda la vuelta al Zodíaco, por lo que se demoran mucho en pasar de un signo a otro.

Urano: tarda 84 años en dar la vuelta al Sol.
Neptuno: tarda 168 años.
Plutón: 248 años.
LA NATURALEZA DE LOS TRÁNSITOS

Esto dependerá de en qué signo esté el planeta en cuestión, por una parte, y, por otra, de en qué Casa de la Carta Natal nos esté afectando, tanto si hablamos a nivel personal como social, dado que las Casas se refieren a ámbitos temáticos de la vida (económico, social, familia, ideales, conocimientos).

¿En qué signo está cada planeta?

Urano: en Aries
(desde el 12 de marzo de 2011 al 15 de mayo de 2018)

Neptuno: en Piscis
(4 de febrero de 2012 al 30 de marzo de 2025)

Plutón: en Capricornio
(del 27 de noviembre de 2008 al 20 de enero de 2024

Llamados “los dioses del cambio”, Urano, Neptuno y Plutón generan transformaciones para toda la humanidad, a nivel planetario, por un lado y, por otro, cambios que nos afectan a nivel espiritual. Es el alma de la humanidad toda la que tiene que aprender las grandes lecciones de estos planetas.

3 POTENTES ENERGÍAS QUE PUEDEN CAMBIAR EL MUNDO

Urano genera cambios repentinos, impulsos imprevisibles, así como gran creatividad y orginalidad, al tiempo que, al estar en Aries, un signo también impulsivo y activo, se multiplica su capacidad de modificar la realidad, tanto para bien como para mal.

Plutón, por su parte, es el gran dios de las transformaciones, aquel capaz de generar pérdidas y dolor, a la vez que nuevas estructuras. Su presencia en Capricornio, un signo fuerte y constructivo, le da más poder y anuncia que esas pérdidas y reconstrucciones se darán, sobre todo, en el terreno material.

Neptuno en Piscis no es una fuerza desvastadora como las anteriores. Trae gran espiritualidad y creatividad, a la vez que ternura, amor e ilusión. Sin embargo, también es una fuerza disolutoria, pero la destrucción que genera es lenta y más profunda. Asismimso, provoca gran caos y confusión.

Crisis y desestabilización

Los dos primeros, sobre todo, anuncian un período de tensión sociopolítica a nivel mundial, con una enorme dosis de tensión y crisis. Será una época difícil para todo el planeta, un tiempo histórico en que primarán los problemas económicos, culturales y políticos que nos han venido condicionando durante las últimas décadas. Los planetas nos fuerzan a la solución de esos problemas.

¿Lo bueno? Esas soluciones serán nuevas, originales, diferentes, vanguardistas, espirituales, planetarias. Seremos más tolerantes y justos, pero sólo luego de atravesar las grandes aguas de los cambios que los planetas transpersonales generan. Cambios que ya están aquí y se ven, tales como la crisis del sistema capitalista mundial, la decadencia política en Europa y EE.UU., la falta de liderazgo y de nuevos ideales, todos son factores de esta gran transformación que ya ha empezado hace tiempo.

CONSTRUIR UN NUEVO ORDEN

Los tres tránsitos son potentes y sus efectos se observan en el desgaste de estructuras sociales, políticas y económicas que parecen no responder a la hora de resolver conflictos. Se trata de construir un sistema más justo, no de destruirlo todo. Sin embargo, ese proceso será necesariamente doloroso y complejo. Alguno nuevo está por nacer.

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