Ritual romano del exorcismo

El ritual romano del exorcismo es el denominado “Rituale Romanum” que de alguna manera viene a poner como antes se ha dicho, un poco de orden en los métodos a seguir en casos de “Posesión Infernal”.

En este Libro se plantean una serie de pautas a seguir para lograr expulsar al Diablo:

- Colocar un crucifijo ante la vista y mirada del “poseso/a”.
- Colocar en sus manos si es posible reliquias y medallas.
- Tener cuidado de ponerle a la vista la “Santa Hostia” pero no dejarla a su alcance ya que puede maltratarla.
- No hablar nunca con el Demonio, simplemente ordenarle que se limite a contestar a las preguntas que se le hagan.
- No creerle en absoluto en todo lo que proponga.
- Preguntar a la víctima el numero y nombre de seres malignos que la poseen.
- Preguntar cuando se introdujo, por que y cuando abandonara el cuerpo.
- Exorcizar con autoridad enérgica, insistiendo en las palabras o signos que mas hacen sufrir al poseso.
- Efectuar la señal de la cruz en los lugares o zonas del cuerpo donde se ve alteración.
- Rociar con Agua Bendita el cuerpo del Poseso.
- Repetir los conjuros que mas atormenten al Maligno.
- Recurrir al Ayuno y a la Oración antes de comenzar los Exorcismos.

Queda también claro que el sacerdote que con especial y explicita licencia de su superior, tiene que realizar el acto del Exorcismo, se hallara adornado en el mas alto grado de piedad, prudencia y integridad de vida, y que no actúe amparado por su virtud, sino por la divina, libre de toda ansia de bienes humanos, realizara esta piadosa obra por caridad, con constancia y gran humildad. Conviene que sea de edad madura y digno de reverencia, no solo en razón de su cargo sino por la pureza de sus costumbres.



Este es en síntesis el contenido de este digámoslo así “Manual contra el Maligno” que se renueva cuando la Santa Sede y sus personajes destinados a esta noble y delicada cuestión lo estiman oportuno, fruto de estudios o, revelaciones.

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