Amarres de Amor con Magia Blanca
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Amarres de Amor, Hechizos, recuperación de pareja
 
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 El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada

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MensajeTema: El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada   El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada Icon_minitimeMar Mar 25 2014, 16:44

-Una mujer dice:” ¡Qué sed que tengo!,
¡qué sed que tengo! ¡qué sed que tengo!”
Una vecina la escucha y le acerca un vaso de agua
y entonces, tras beber, la mujer dice:”¡Qué sed que tenía!”

1. “La mente de langosta” nunca conquista nada

Si llueve se molestan, si sale el sol también, si los saludaron de mala gana se enojan, si los saludas amablemente, se fastidian. El tema es quejarse, encontrar un motivo para pensar que el mundo está en contra de ellos y que nadie es capaz de entenderlos.

¿Quién es el que está a favor o en contra de quién? El quejoso siempre encontrará un motivo para quejarse. Por las dudas, hay que quejarse, incluso antes de averiguar o de preguntar, primero: ¡la queja! Existen personas que lo primero que hacen es quejarse. La queja es un lamento, una demanda, un reproche, una desazón, un disgusto, un reclamo permanente que lo único que logra es alejarte de la mejor gente. ¿A quién le gusta estar cerca de personas que siempre están dispuestas a encontrarle “la quinta pata al gato?”

“Si tiene remedio, ¿por qué te quejas? Si no tiene remedio, ¿por qué te quejas?” Proverbio oriental

Muchos son coleccionistas de quejas, dicen por ejemplo: “Me lastimaron”, “me maltrataron”, ¿quiénes?, les preguntan, y ellos responden indistintamente: “Mi jefe”, “mi primo”, “mi tío.”

Y tal vez tengan razón, porque en realidad, sí fueron lastimados, vivieron injusticias; lo que no saben es que al expresarlo permanentemente a través de la queja la solución al conflicto se aleja cada vez más y su mente se convierte en una “mente de langosta.”

¿Tienes mente de langosta? Veamos, responde estas preguntas:
• ¿Te quejas a menudo?
• ¿Tienes problemas con muchas personas?
• ¿Ves las cosas grandes como difíciles de lograr?
Si contestaste a una de estas preguntas con un “sí”, es que tienes mente de langosta.

La queja sólo produce insatisfacción, siempre mostrará descontento, resentimiento, disgusto; refleja una emoción encapsulada que termina enfermando no sólo tus pensamientos, sino también tu cuerpo. Muchas personas hacen de la queja un hábito, una forma de vida, pensando que si se siguen quejando, el problema desaparecerá; creen que a través de la demanda continua el conflicto va a ser solucionado, o que quizás, otro ser humano bondadoso se apiadará de su situación y solucionará su problema.

Son personas que se lamentan todo el tiempo, sin darse cuenta de que con su discurso se atan aún más al pasado y a la dificultad, reviviendo viejas penas y culpándose tal vez por no haber podido aprovechar tal o cual oportunidad. Miedos, inseguridades, inquietud, aflicción y dolor son sentimientos por los cuales atraviesan las personas quejosas, convirtiéndose así en seres tóxicos para sí mismos y para los que están a su alrededor.

2. Las conductas más comunes de los quejosos.

• Tienen problemas con los demás y viven con broncas: todo problema no solucionado se expresará con las personas que están más cerca. Cuando alguien te rechaza, no lo tomes como algo personal, piensa que esa persona seguramente fue rechazada y lastimada antes. Así como nos tratemos a nosotros mismos trataremos a los demás. Muchos guardan dentro de sí mismos hostilidad y broncas. Tal vez te pasé a ti también: quizá fuiste maltratado y manipulado por años, y en vez de haber hablado a tiempo y sanado las emociones lastimadas, hoy herís a los que están más cerca y a los que te ofrecen una nueva oportunidad.

El Doctor Don Colbert, uno de los mejores médicos de Estados Unidos dijo: “Lo que experimentes emocionalmente se convertirá en una sensación física.” Las estadísticas revelan que, en Estados Unidos por ejemplo, se consumen, por año, cinco mil millones de tranquilizantes; cinco mil millones de barbitúricos; tres mil millones de anfetaminas; dieciséis mil millones de toneladas de aspirinas. La hostilidad 3S una emoción que surge de la enemistad, de la mala voluntad, que se conoce como “mal genio”, “impaciencia” o “queja”.

El 20 % de la población posee un nivel de hostilidad que pone en riesgo su vida. De cada diez personas, dos llevan broncas en-capsuladas que les aíectarán, teniendo siete veces más posibilidades de morir de enfermedades del corazón. Las autopsias hechas a soldados de Corea y Vietnam revelaron que padecían arteriosclerosis producida por el stress de la guerra. Hay mucha gente que no estuvo en Corea ni Vietnam pero que vive en una guerra constante, peleando con todo el mundo y, en vez de mirar dentro suyo y ver su problema personal, dice: “Aquel no me gusta”, “tú me maltratas.” En Finlandia se descubrió que la hostilidad es la enfermedad NQ 1 que afecta al corazón, comparable con el cigarrillo y el colesterol alto.

• Perciben todo negativamente: frente a grandes desafíos, los quejosos ven todo negativo y se excusan diciendo: “No puedo”, “no seré un buen padre porque es muy difícil”, “me falta mucho.” Son personas que viven mirando a los demás como gigantes, como imposibles mucho más grandes de lo que en verdad son. Son personas que, anteponiendo la queja, se olvidan del potencial que tienen dentro para llegar a la meta. Si éste es tu caso, ¿cómo sabes que son gigantes si ni siquiera intentaste derribarlos? Sólo es tu mente la que piensa así. Los pensamientos determinan tu accionar y por lo tanto tus resultados.

El conflicto de la mente de langosta es que no se lleva bien consigo misma y ese es el desafío: llevarse bien con uno mismo durante las veinticuatro horas del día y conquistar todos los sueños. Ahora bien, ¿es posible salir de la queja y llevarse bien con uno mismo? Claro que sí. Si aplicas estos principios los mismos te llevarán a resultados exitosos:

• “Si no me lo dicen en la cara, no lo considero”: si alguien te comenta “me dijeron que tú dijiste, que el otro dijo, lo que dicen de ti” ¡No caigas en la trampa! Si alguien quiere decirte algo, que sea lo suficientemente valiente como para hablar frente a ti; de lo contrario no hay nada que aclarar. Responde solamente cara a cara, de lo contrario, entrarás en el juego neurótico de los que “llevan y traen.”
• “Debo estar concentrado en las cosas importantes”: Las cosas importantes multiplican tu energía, las secundarias la roban, si una persona expresa estar agotada porque su sueño es muy grande, está en un grave error. Los propósitos grandes no nos desgastan, al contrario, los desafíos nos motivan y nos empujan a seguir. Los detalles y la queja son los que desgastan. Los desafíos renovarán tus fuerzas cada mañana y te mantendrán joven. Concéntrate en lo importante, no te detengas en las pequeñeces.

“Las quejas son el lenguaje de la derrota.” Frank Grane

Enfocándonos en nuestros objetivos tendremos la energía necesaria para llegar y además estaremos bien con nosotros mismos. Si nos desgastamos es porque estamos perdiendo tiempo con la gente inadecuada, en proyectos irrelevantes, en discusiones sin sentido, pero si nos ocupamos de lo importante tendremos la fuerza de las águilas, correremos y no nos cansaremos, porque sabremos adonde estamos apuntando. Los que viven para el ocio, te harán perder tu tiempo, no desperdicies tu fuerza. Mike Murdock dice: “El que no respete tu tiempo, tampoco respetará tu vida”.

• “Tengo que estar abierto a lo sobrenatural”: lo que lograste no es todo lo que obtendrás. No evalúes tu vida según tus logros de hoy. Siempre hay más, mucho más, proyéctate a lo novedoso. Cuando tu mente está abierta a lo nuevo y se permite ser sorprendida por otras oportunidades, los mejores momentos llegan a tu vida. Si estamos dispuestos a lo nuevo, la queja no tendrá lugar.

• “Algo desconocido saldrá a la luz”: el potencial es una fuerza no liberada, un poder no usado, una reserva oculta. Si te permites abrirle la puerta, te llevará a los éxitos más extraordinarios que hayas soñado. Todo está dentro nuestro: un escritor, un cantante, un triunfador, una comerciante, una mujer de negocios, un gran padre, “un genio.”
• “Estando bien conmigo mismo diré lo correcto”: Mike Murdock dice “Tus palabras son herramientas-”Las palabras tienen poder. Si decimos: “Mi vida es un desastre”, “este trabajo es pésimo”, estaremos construyendo lo que declaramos. Tu destino está marcado por tu discurso. “Dime cómo hablas y te diré qué te sucederá.” Tus pensamientos determinan tus palabras. Al recibir un mensaje piensa: ¿es justo?, ¿es sano?, ¿me acerca a mi objetivo?, ¿me hace bien? Si la respuesta es negativa, deséchalo.

“El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.” William George Ward

Todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo de buen nombre, si algo es digno de ser hablado, en eso hay que pensar. La queja te mata, te detiene, te destruye. Tus palabras son el cartel que indica hacia dónde estás yendo y tienen el poder de darte vida o muerte. Ahora decides tú: “mente de langosta” o “mente de resolución”. ¡No seas tú mismo tu gran problema! La única manera de romper el círculo de la queja es moviéndote, yéndote del lugar donde nada sucede.

• Expon la queja e inmediatamente busca la respuesta
• Aprende a hablar con soluciones
• Sé una persona que no se violenta, que no se queja
• Los malos momentos son parte de la vida. Lo peor que nos
pueda pasar no es “el problema” sino que esa situación nos limite mental y físicamente
• No dejes que las crisis te pongan límites: la queja no puede impedirte dar el salto. Las crisis pretenderán asentarte en el lugar del dolor y de la queja, pero tú tienes una mente de resolución capaz de superarlas para así pasar al otro lado
• No permitas que la locura y la queja de los otros te limiten: nadie puede decirte: “Hasta acá llegaste”. No te dejes limitar por la locura y las quejas de los otros, no permitas que las quejas te ciñan
• No avales que la gente sea quien establezca tus límites: nadie puede limitarte. Sé inteligente, no reacciones ni te muevas por instinto. El que es paciente muestra más discernimiento. Cuando los otros quieran apurarte, no te apresures, tomate tiempo, unos días, y después seguramente verás todo distinto.

Recuerda que:
• El quejoso pierde su tiempo en anécdotas y cosas pasadas
• El quejoso se queda a vivir en la circunstancia
• El quejoso no tiene sueños, metas, ni propósitos
• El quejoso es co-dependiente, está esperando que otro resuelva su vida
• El quejoso es dubitativo, reiterativo y limitado
• El quejoso tiene una mente cerrada
• La gente exitosa valora su tiempo y sabe que el tiempo de la queja es un tiempo perdido
• La gente exitosa aprende, se instruye permanentemente
• La gente exitosa sabe concentrarse en el botín
• La gente exitosa invierte en cosas importantes
• • La gente exitosa invierte en su crecimiento personal
• La gente exitosa vive cada momento con intensidad
• La gente exitosa invierte el tiempo en soñar sueños grandes
¿Qué eliges ser? ¿Quejoso o exitoso?

2. Quejosos y quejas

Muchos creen que la queja es una posible solución a sus problemas, sin darse cuenta de que lo único que logran con ella es más queja y así sucesivamente, hasta verse atrapados en un círculo vicioso sin salida. La queja es una señal a la que hay que prestarle atención. El quejarse es producto de una acumulación de emociones reprimidas
actuales y pasadas, muchas veces por no decir nada, y otras tantas por hablar en demasía.

En la sociedad en la que vivimos hay muchas personas que se quejan todo el tiempo. Necesitamos romper con esas costumbres, ese mal hábito, y ser libres de ese parloteo continuo que sólo nos trae más dolores de cabeza.

Y así como existe diversidad de quejosos, encontramos también diferentes clases de quejas. Analicemos algunas de ellas:
• La Queja ociosa: es la más común entre personas que se quejan porque no hacen nada en todo el día, esas a las que “les sobra tiempo”. Se trata de personas que son capaces de transformar un pequeño detalle en una gran catástrofe. Siempre existe para ellas un “pero”, un obstáculo que sortear. Su hablar es una queja.
• La Queja esporádica: es la que se hace eventualmente por diversos motivos, pensando que tal vez, al quejarnos, alguien se hará cargo de solucionarnos el problema.
• La Queja como “deporte favorito”: es la preferida entre personas que viven dentro del círculo de la queja; permanentemente viven quejándose. Quejas tras quejas.
• La queja viciosa: el círculo de este tipo de queja es:
- me quejo
- alguien me escucha
- el que me escucha no hace nada
- me vuelvo a quejar, me vuelven a escuchar
- el que me escuchó vuelve a quedarse sin hacer nada
- me vuelvo a quejar, la persona me vuelve a escuchar y no hace nada
- me quejo otra vez, pero a esta altura esa persona ya se acostumbró a mi queja y sabe que en mi discurso lo único que tiene lugar es “la queja”.

Es como cuando pasas por una casa y el perro te ladra: el primer día te atemorizas; por cierto al segundo día te vuelve a ladrar pero no te asustas tanto. A la otra semana, sabes que el perro te va a ladrar pero ya no te sorprende. Esto es lo mismo que sucede con las personas quejosas: el otro se acostumbra a su queja y lo último que querrá hacer es escucharla.

Ahora bien, ¿cómo obtener lo que necesito sin quejarme? Si logramos relacionarnos con “el otro” con respeto lograremos lo que anhelamos. Hay manera y maneras “Una mente productiva no tendrá tiempo para quejarse.” de pedir aquello que anhelamos, y la queja continua no es la mejor forma de dar a conocer nuestra demanda. La queja sólo será un obstáculo y no te traerá ningún beneficio, sólo amargura.

El tiempo que perdemos quejándonos podríamos aprovecharlo buscando soluciones y sacándole provecho a la situación por la que estamos pasando. Revierte todo lo que esté a tu alcance y busca el lado bueno a tus circunstancias. Es importante que nuestras mentes estén siempre ocupadas, ya sea trabajando, estudiando o perfeccionándonos. Procura hacer siempre algo productivo de manera tal que la queja no tenga espacio en tu vida. No dejemos nuestra mente ociosa. Mantente ocupado, con la visión en tus sueños, libera tu potencial y usa toda la creatividad que tienes a favor tuyo. Olvida la queja, erradícala de tu vida, y verás que todo te va a salir como lo estás esperando.

3. ¿Cómo actuar frente a los quejosos?

Podemos actuar de distintas maneras frente a ellos:
• No necesitamos ponernos de acuerdo ni darle la razón a las personas que manifiesten la queja. Lo único que lograremos es que sigan quejándose, alimentando así su hambre emocional
• No los contrariemos, dejémoslos expresarse
• No intentemos solucionar sus problemas (si es que existe alguno o también si sólo se quejan por el hecho de hacerlo)
• No nos empecinemos en hacerlos entrar en razón, explicándole “esto es así o asá”, indicándoles que le conviene tal o cual cosa. El quejoso no podrá entender, a menos que decida transformar su actitud.

Cada vez que te vayas a quejar de algo, pregúntate: “¿Por qué me estoy quejando de esto?” Antes de quejarte, revisa cómo está tu estima y si te das cuenta de que hay algo que no anda bien, busca ayuda y sana tus emociones. La queja nos señala que hay una herida que aún sigue sangrando.

No te quejes, revierte el lamento, piensa que cuando te quejas te estás deteniendo. Si ves que algo está mal hazlo tú otra vez; si ves algo tirado, levántalo tú; no esperes que lo haga otro. Cambia tu manera de actuar, tu forma de hablar, tu modo de expresarte, y no te detengas a quejarte, sigue, avanza, y no mires para atrás, que largo camino te resta.

Gente Tóxica: Bernardo Stamateas
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MensajeTema: Re: El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada   El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada Icon_minitimeMiér Mar 26 2014, 17:21

Quejosos: Cada vez más habituales

Hay personas que toman la queja como modo de vida, sin darse cuenta de que intoxican todos sus entornos. Creen que los problemas están afuera, pero cuando solucionan un frente, inmediatamente buscan otro para descargar sus frustraciones. Qué se esconde detrás de la queja.

Un diálogo interno de queja contínua expresa incompletud y puede generar una emoción de resentimiento, convirtiéndonos en esclavos de estas conversaciones con nosotros mismos. Este es un ciclo que se vuelve recurrente, alimentado por una queja que no se expresa a quien creemos que nos ha fallado, y que puede terminar desencadenando enojo y todo tipo de juicios negativos.

La emoción de resentimiento muchas veces nos secuestra y nos tiene atados a conversaciones internas que giran permanentemente en nuestras cabezas, sin permitirnos plantear las diferencias con el otro, y corriendo el riesgo de que éste tampoco sepa que no ha cumplido con nosotros.

¿Qué se esconde detrás de una queja?

La queja suele aparecer cuando sentimos que alguien no ha cumplido con lo pactado, y a partir de allí podemos decir que detrás de la queja se esconde nuestro compromiso en la manera de reclamar: podemos quejarnos ante quien no ha cumplido nuestro supuesto pedido u orden y hacerlo de modo que experimente, como mínimo, la molestia o el enojo que estamos sintiendo. Esta queja posiblemente será improductiva, dado que lo que pretendemos es tener razón y nos estaremos alejando de la posibilidad de reparar los resultados obtenidos, los vínculos y la integridad de ambas partes.

Si la queja no la expresamos a quien supuestamente nos ha fallado, sino a terceras personas, un amigo, un conocido, etc., esta otra persona solo escuchará nuestro relato en pos de tranquilizarnos o defender al culpable. Si a esto le agregamos nuestro deseo de venganza, o de maltratar la imagen de quien nos ha perjudicado, la queja también podrá ser improductiva ya que quien cometió para nosotros la falta, posiblemente no se entere de nuestro reclamo.

¿Cuándo nos convertimos en quejosos inactivos?

Si nuestro compromiso es con la queja y no con reparar el vínculo con quien no ha cumplido con nuestro pedido y, además no lo exteriorizamos, no lo dialogamos con esta persona, podemos convertimos en quejosos inactivos que, al igual que la queja improductiva, no produciremos reparaciones ni posibilidades de cambio que faciliten un recompromiso a futuro… si es que este fuera posible.

La queja que construye

Desde la interpretación de los Compromisos Comunicacionales, la queja positiva o que abre posibilidades se llama reclamo productivo. El reclamo productivo se apoya en nuestro compromiso de reestablecer el vínculo con quien no ha cumplido, recuperar la integridad de ambos y si fuera posible cambiar el resultado, haciéndolo efectivo. En caso contrario, recomprometerse para uno nuevo, hablando con quien hemos tenido la diferencia, que es la única persona que puede hacer algo para resolver la situación. Si podemos convertir la queja en un reclamo productivo, habremos abierto un espacio para el aprendizaje y la mejora a futuro muchas veces aprovechados para el trabajo grupal.

Una queja que nos predispone mal es probable que nos complique la posibilidad de mejorar el vínculo con la persona a la cual vamos a reclamarle. Las quejas no son ni buenas ni malas, sino que, como los juicios, nos abren o cierran posibilidades.

Si podemos distinguir esto, podremos chequear nuestro compromiso y elegir otros que nos abran la posibilidad de recomprometernos. Para que las quejas abran posibilidades de cambio, necesitaremos distinguir dos cosas: nuestro compromiso de abrir posibilidades y el deseo de mantener una conversación de reparación de los vínculos.

El rol del que escucha continuamente la misma queja está conectado con el vínculo que mantiene con la persona que se queja y su compromiso mostrará desde la indiferencia en un punto hasta la disculpa en el otro extremo.



Los tres tipos de quejas más recurrentes y cómo detectarlos

El quejoso sin objetivos

En este tipo de quejosos encontramos personas que se quejan pero que no tienen un “para qué” de la queja, una falta de visión para el reclamo. Es así que podemos enfrentarnos a una conversación interminable donde puede desencadenarse el enojo de cualquiera de los participantes.

El compromiso de quien se queja está centrado en la misma queja. Cuando hablamos de visión, nos referimos a lo que apunta el quejoso cuando existe una queja: Se queja… ¿para qué? ¿Para enojarse? ¿Para tener la razón? ¿Para vengarse? ¿Para lograr aceptación?

Sin objetivos, el quejoso corre el riesgo de desencadenar un conflicto que no conduzca a ninguna parte, ya que ni él mismo sabe a dónde apunta: “Nadie sube a un colectivo que no sabe para dónde va, en otras palabras; si no sabe cuáles son los objetivos de la queja, menos posibilidades tendrá quien la recibe de poder enmendar la supuesta falla.

Si en cambio toma la queja como un reto y la convierte en una queja funcional, su compromiso será con los vínculos, con la integridad de ambas partes, y con la reparación de los resultados. Esto preparará el camino y creará el contexto para un recompromiso a futuro. Si podemos distinguir lo que le pasa al quejoso sin objetivos, podremos elegir completarlo y completarnos.

El quejoso agresivo

Las personas que se quejan agresivamente pueden estar demostrando poco compromiso con el vínculo que mantienen con la persona a la cual se están quejando. Podemos decir que esto va en contra de un reclamo productivo, dado que una característica del mismo es salvaguardar la integridad de la relación y de las personas.

Definitivamente, un contexto agresivo no aporta las condiciones, ni el contexto, para que un reclamo pueda ser efectivo.

El estar siendo de quien se queja puede estar comprometido con el enojo, que es un estado que suele dejar solas a las personas que se quejan agresivamente, dado que cerrará las posibilidades de una buena escucha, para quien reciba la queja de esta forma.

Distinguiendo que la agresividad no genera el espacio necesario para un reclamo funcional al vínculo, podemos hacer un pedido de postergación para otra oportunidad. Si logramos tener un mejor contexto para la escucha de ambas partes, se abrirá la posibilidad de resolver el conflicto. La escucha de quien recibe la queja, es fundamental para que pueda indagar el motivo o los motivos del reclamo y de esta manera poder resolver el conflicto.

El quejoso crónico

Una de las características de este tipo de quejoso es que exterioriza todo el tiempo la queja, esto proviene de querer provocar en el otro las molestias que le provocó al quejoso la falta de algún cumplimiento, con la creencia de que el otro no atiende nuestro reclamo y por lo tanto repetimos la queja.

Podemos hacer un paralelismo con la fábula del jinete y el caballo: “El jinete cree que el caballo es haragán y por lo tanto redobla la cantidad de azotes para que el caballo recorra el camino”. Es solo una creencia.

En cambio, cuando la queja la expresa a terceras personas, el compromiso reflejado puede ser el de buscar aceptación, dañar la imagen del otro, venganza, etc., muchas veces lo hace desconociendo que quien está escuchando sus quejas no tiene ninguna posibilidad de reparar el daño del incumplimiento y además corre el riesgo de que, quien virtualmente le ha fallado, no se haya dado cuenta de tal situación.

Si bien esta búsqueda de aceptación –dañar la imagen del otro, venganza, etc.– puede darle al quejoso crónico un marco para tranquilizarse, esto no lo pone en el conflicto como protagonista para resolverlo. Si el compromiso responde a lo que mencionamos anteriormente, hasta que el otro no cambie será prisionero de tales circunstancias. Preguntas tales como “¿Qué me faltó?” pueden abrir el camino para convertir la queja crónica en un reclamo productivo.



* Por el Ing. Juan José Arévalo, coach profesional dedicado al entrenamiento en Liderazgo y Coaching Ontológico en empresas y organizaciones.
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MensajeTema: Re: El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada   El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada Icon_minitimeMiér Mar 26 2014, 17:22

Quejosos y contradictores - escuchar con atención

Hay mucho de la actitud negativa que pasa en el mundo y, si se desea mantener una actitud positiva que va a tener que tener mucho cuidado de cómo oís a todos los que se quejan y contradictores. Estas son personas que no tienen nada bueno que decir, quejándose de todo, y mucho de lo que dicen es hipócrita en la naturaleza. A veces, no se puede colocar todo lo que están diciendo, y luego de acuerdo con lo que habían meditado. Sin embargo, es necesario escuchar las quejas y contradictores con mucho cuidado si quiere mantener una actitud positiva.

Esto es lo que recomiendo que lo haga. Cuando alguien se queja de otra persona, un miembro del Congreso, o una gran corporación, pregúntese lo que usted piensa que ellos pueden hacer en esa situación exacta. A pesar de que pueden hacer exactamente lo contrario, de los que se quejan, podrían causar un problema en el otro lado porque no entienden la naturaleza de la política o los negocios. Dicen que no se debe criticar a nadie hasta que caminar en sus zapatos, al menos, 1 milla. Ese es un buen consejo.

A menudo, cuando la gente se queja de algo lo que realmente están demostrando que es una visión de sí mismos, o un espejo de su reflejo en la actitud del mundo. Si usted es muy cuidadoso cómo usted escucha a ellos podrás ver la hipocresía de inmediato, y servirá como una advertencia en cuanto a que la información que tiene en sus propios bancos de memoria, y cómo formar sus propias decisiones en la vida. También le ayudará a descubrir las cosas que te quejas, en realidad no puede ser así. Si desea mantener una actitud positiva es algo que usted debe hacer. Tenga en cuenta todo esto.


Source : http://www.vitalidia.org/quejosos-contradictores-a02700541.htm
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MensajeTema: Re: El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada   El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada Icon_minitimeVie Mar 28 2014, 23:15

Cómo actuar con personas que se quejan todo el tiempo

Todos conocemos a alguien que se queja de todo a cada instante. Aprende cómo evitar la negatividad que arrojan los que siempre critican.

Cómo tratar a las personas que siempre se quejan
Seguramente sabes lo que quiere decir y hasta tengas una persona que se te viene a la mente cuando se dice la palabra "queja". Es que hay algunos que se la pasan todo el día lanzando al aire sus pesares, su mala suerte, sus problemas...

Si bien todos nos quejamos de vez en cuando por algo en particular, como puede ser el llegar tarde al trabajo por problemas del transporte, cuando la pareja no quiere ir a comer a casa de tus padres, un sueldo insuficiente, etc., existen personas que siempre ven "el vaso medio vacío" y se quejan de cada cosa que les pasa.

En todas las situaciones, en lugar de buscar lo bonito y positivo, eligen hablar de lo feo y negativo. Puede que hayan tenido una cena familiar hermosa y en lugar de contar sobre ese momento compartido, se dedican a hablar mal de la atención de los mozos, que la comida estaba fría o el lugar era alejado del hogar.

Es importante saber cómo actuar ante estas personas pesimistas y quejosas para que su negatividad no nos afecte.

9 consejos para tratar con personas que se quejan de todo

1. Animarlo: si bien puede ser difícil porque es probable que piense que no entiendes la gravedad de su problema, puedes intentar desviando la conversación hacia los aspectos positivos.

2. No prestar atención: haz como si no le hubieras escuchado, sobre todo cuando se trata de una queja que se repite una y otra vez.

3. Dar la razón: no siempre funciona, pero lo vital es decir "tenés razón" y cambiar de tema. Es una salida para tener en cuenta.

4. Proponer soluciones: esto es para las quejas puntuales, para un problema en particular y no para los "quejosos crónicos". Buscar entre los dos respuestas a los inconvenientes, para que el otro se esfuerce en pensar en positivo.

5. Preguntar sobre el tema: Responder ¿Qué piensas hacer al respecto? es una buena opción para que el quejoso se ponga a analizar el problema y deje de criticar porque sí.

6. Pensar en otra cosa: en el momento que te esté "taladrando" la cabeza con tanta queja, puedes aprovechar para pensar en algo que realmente es importante o no, pero que al menos, te despeje un poco la mente.

7. Prestar más atención cuando no se queje: cuando dice algo bonito o agradece una situación, puedes animarte más, mostrar que realmente estás interesado, todo lo contrario a cuando se queja.

8. Mantener el rostro en "neutral": tu cara debe tener una expresión de "ni si ni no", es decir, que te da lo mismo lo que está diciendo. No te pones del lado de la queja ni del otro.

9. Preguntar cómo soporta la situación: escuchar atentamente y con devoción, cuando termina su "testamento", dile que es realmente algo muy feo y a su vez, que te cuente cómo hace para sobrevivir a ello. En realidad es una trampa para que pueda pensar alguna solución sin darse cuenta.

http://sociedad.comohacerpara.com/n9527/como-actuar-con-personas-que-se-quejan-todo-el-tiempo.html
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MensajeTema: Re: El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada   El Quejoso: La mente de langosta” nunca conquista nada Icon_minitimeSáb Mar 29 2014, 00:30

La verdadera necesidad de alguien que se queja compulsivamente

¿Te relacionas con alguien que se queja con una frecuencia exagerada? ¿Quieres saber porqué lo hace y cómo protegerte tú de toda esa negatividad? De eso vamos a hablar.

Nos concentraremos en el “quejoso compulsivo“. Valga la expresión para referirnos a esa persona que tiene problemas (como todo el mundo), pero éstos no son necesariamente más numerosos, trágicos, reales y auténticos que los que pueda tener cualquier otra persona.

El quejoso se lamenta continuamente, tanto si la vida le ha dado un revés (grande o minúsculo), como si espera que se lo dé en breve.

Casi nunca se ve a sí mismo como una persona negativa. La mayoría de las veces suele considerar, simplemente, que es una persona que tiene problemas o muy mala suerte y reacciona ante tal panorama de una manera natural. Esto es: expresando su indignación y molestia.

Esta persona de quejas abundantes y continuas…

¿Qué es lo que quiere?
Este tipo de quejoso NO quiere soluciones en primer término. Lo que quiere es llamar la atención; que tú le escuches, te solidarices y reconozcas el sufrimiento que atraviesa.

No suele servir que le animes para que vea el panorama menos negro. ¿Menos negro? Como le digas eso es muy probable que añada al lote diez desgracias, quebrantos, molestias y atropellos más, para convencerte a ti de su terrible realidad.

En muchas ocasiones, tampoco sirve de nada que apuntes soluciones ni consejos. Da igual lo útiles y buenos que sean. Peor en ese caso, porque le estás quitando mérito a su estoicismo… y eso no le sienta nada bien.

Es más, la voluntad que le puede faltar para encontrar soluciones a sus problemas, la empleará para apuntar objeciones e inconvenientes a cada idea que le propongas.

Queda claro que lo que quiere alguien que se queja compulsivamente es tu solidaridad y reconocimiento. Nada más.

Pero eso que quiere te perjudica a ti bastante.

¿Por qué?
(1) Cansa horrores: Escuchar todos los días a una persona que no se quita la queja de la boca te deja la energía por los suelos y los ánimos, también.

(2) La actitud se contagia: Si, ya que estés harto, le dices a esta persona que no soportas que se queje tanto, te contestará: “Tú también te quejas.” Y tendrá razón.

Verás que dentro de poco “se te pega” esta poco edificante manera de llamar la atención. Quejarse es gratis, fácil y adictivo.

(3) Estresa: Si a tu cuota de problemas le añades un quintal de lamentos ajenos, también aumenta tu estrés.

Y conjugando el estrés, el cansancio y la fórmula rápida para ser el centro de atención, poco a poco se va erosionando tu habilidad para encontrar soluciones a los problemas.

¿Qué puedes hacer en tu relación con el quejoso?
Hay que insistir en que no estamos hablando de una persona que está pasando por una experiencia difícil ni de alguien que se queja ocasionalmente. Hablamos del quejumbroso que no cesa.

Tienes varias opciones:

1) Limita la exposición a sus quejas: Pasa menos tiempo a su lado, si te es posible.

2) Blíndate emocionalmente: Si lo anterior no es viable, escucha, pero no conectes con su “sufrir”. Deja la empatía para cuando sea necesario.

3) Cambia de conversación: Ante la nueva queja, muestra solidaridad: “¡Ay! Es terrible. Lo siento mucho” (aunque no lo sientas tanto). Y, acto seguido, cambia de conversación: “¿Dónde vas a ir este fin de semana?”

Puntualización: Hemos de manejar lo anterior con mucho cuidado. Observemos con paciencia, por si se da el caso de que esta personita en un momento dado esté buscando ayuda, opinión o consejo.

Que se queje en exceso por nimiedades no la exime de atravesar problemas donde, realmente, va a necesitar que le echemos una mano

http://tusbuenosmomentos.com/2013/12/necesidad-quejoso-compulsivo/
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