Técnicas de relajación 1: relajación progresiva

Una de las técnicas más enseñadas por los psicólogos para conseguir que las personas adquieran la habilidad de relajarse ellas mismas en el momento que decidan, es sin duda la relajación progresiva.

Ésta técnica de relajación consiste en ir identificando la diferencia entre estar tenso y estar relajado, para conseguir esto, vamos haciendo un recorrido por todo el cuerpo, tensionando y relajando los principales grupos musculares que tenemos. Con la práctica de esta técnica no sólo lograremos relajar nuestro cuerpo, sino que en poco tiempo aprenderemos a observar e identificar cómo nos encontramos en cada momento, y si estamos acumulando tensión en alguna parte de nuestro cuerpo.

Si queremos disminuir nuestra ansiedad y aumentar nuestra sensación de control, el aprendizaje de esta técnica puede ayudarnos en esta tarea. La relajación progresiva consiste en centrar la atención en los distintos grupos musculares, tensionándo uno por uno los distintos grupos durante 10-15 segundos, y luego soltando la tensión de golpe, para después permanecer sintiendo lo que se produce en nuestro cuerpo durante 20-25segundos. Con esto iremos adquiriendo la habilidad de sentir e identificar las tensiones que vamos acumulando y adquirir la capacidad de transformarlas en un estado mucho más relajado.

Alrededor de los 10 días de práctica lo que se consigue es llegar a la sensación de relajación sin necesidad de ir tensando y distensando nuestros grupos musculares, sólo pensando en la sensación que ya sentimos en anteriores sesiones, llegaremos a alcanzar el mismo estado de relajación.

Es muy interesante los beneficios que aporta esta técnica, ya que es útil para disminuir el estrés y la fatiga, aumentando también nuestras defensas y nuestra salud en general. Antes de empezar a meditar es conveniente realizar alguna técnica de relajación, y ésta es de las más efectivas.

Como la gran mayoría de las técnicas de relajación requiere que practiquemos en un lugar cómodo, donde haya tranquilidad, y nadie nos pueda molestar. Es conveniente realizarlo sentado con una postura adecuada, pero si lo que queremos conseguir es relajación para dormirnos, se puede realizar ya tumbado en la cama.

Lo único que debemos evitar cuando realicemos está técnica de relajación, es realizarla tras la ingesta de comida, o muy pronto por la mañana, ya que nos puede generar un estado de somnolencia.

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