Astrología Predictiva

Hay quienes suponen que los practicantes de la ciencia de los astros inventaron un método muy preciso para conocer la situación humana, pero realmente lo que han hecho es precisamente sustentarse en las circunstancias vividas por innumerables personas, y establecer las similitudes absolutamente lógicas sobre la recurrencia de procesos de cambio y de situaciones de transformación; lo que les ha permitido encontrar el camino tendiente a conocer la expresión de diversos ciclos que regulan la vida humana.
Es quizás por ésta razón, que muchos astrólogos se acogen a premisas de carácter religioso espiritual para indicar que existe un Dios o un principio inteligente que en su sabiduría sin límite, ni fronteras, lo tiene todo muy bien asido, que cuenta con el control absoluto, ya que fue el gestor de todo lo que existe, y como es de suponer, nada de lo que creó lo hizo de manera suelta o inconexa, porque todo se acoge a ciertas premisas, y fluye como tiene que ser.
El área predictiva de la Astrología constituye una de las principales secciones de esta ciencia porque viene a recordarle al ser humano que su futuro está escrito, y que las circunstancias con las que va hacia adelante han existido siempre. Sería ilógico alimentar la pretensión que el ser humano es una rueda suelta en la cual los acontecimientos de sus antepasados se pierden para siempre en el tiempo, y que las acciones actuales dejan de tener implicaciones sobre una dinámica futura. Los diversos métodos predictivos en los que la ciencia de los astros se sustenta, apuntan precisamente a la existencia de una simetría en los despliegues del Creador, y de la perfección en la evolución de la vida, al igual que del equilibrio que de todas maneras se mantiene.
La consideración de la ciclicidad de la vida humana no es asunto de fe, ni es producto de la credibilidad humana, sino es algo tan evidente como por ejemplo luego de la comunión entre un óvulo y un espermatozoide, existe una absoluta y matemática proyección hacia el futuro que señala la existencia de un ciclo que marca la pauta sobre la existencia de tiempos precisos que permiten elaborar cuadros muy puntuales sobre una estimada fecha en la que el bebé deberá nacer.
Estos hechos, inevitablemente traen a la mente la existencia de la mano ordenadora y de una fuerza más allá del entendimiento humano que estableció los soportes para que la vida fluyera con la simetría y la perfección que en verdad lo hace.

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