Cuando en el otoño de 1862, Samuel Clemens llegó para su primer día de trabajo como reportero novato de la Empresa Territorial de Virginia, fue recibido por el veterano periodista Dan DeQuille. Sus primeras valiosas palabras de asesoramiento fueron…“ Conozca los hechos en primer lugar y entonces usted podrá falsear en cierta medida lo que le guste“. El joven periodista tomó el consejo de corazon….
El joven Samuel Clemens, más tarde conocido como Mark Twain había llegado a Nevada en 1861 con la esperanza de hacer fortuna como minero, pero habiendo fracasado en el intento, decidió aceptar el trabajo en el periodico local de Virginia en el cual editó numerosos artículos, cubriendo asuntos locales.
El joven periodista novato, decidió seguir el consejo al pie de la letra, después de todo Dan DeQuille era una persona muy respetada, sus escritos fueron impresos en numerosas publicaciones de todo el país y parte del extranjero.
Unos meses más tarde bajo su nombre y pluma redactó este curioso suceso…
“Un hombre petrificado fue encontrado hace algún tiempo en las montañas al sur de Grava Ford. Cada miembro y características de la momia de piedra se encuentran en perfecto estado, exceptuando la pierna izquierda, que da evidencias de ser una pata de palo de su propietario. Por cierto se sabe que llegó a su fin hace alrededor de un siglo gracias a una sabana que se ha encontrado del difunto.
El cuerpo estaba en una posición sentada en actitud de pensativo, el pulgar derecho apoyado en el lado de la nariz, el dedo pulgar izquierdo apoyado en la barbilla, y el dedo índice presionando la esquina interna del ojo izquierdo, el ojo derecho cerrado y los dedos de la mano derecha extendidos en separación.
Este extraño fenómeno de la naturaleza ha creado una profunda sensación en los alrededores, a petición del juez Sewell de la ciudad de Humboldt se ha procedido al lugar para realizar una investigación sobre el cuerpo. El veredicto del jurado fue, que la muerte le sobrevino por exposición prolongada, la gente del barrio se ofreció para enterrar al pobre desgraciado, y fueron muchos los ansiosos por hacerlo, pero se descubrió que al intentar cogerlo el agua que había goteado sobre él durante años, en una peña rocosa más arriba, había cursado sobre su espalda, un sedimento calcáreo que ha producido la virtud de dejarlo pegado a la roca madre sobre la cual estaba sentado. Como un diamante en el cemento.
El Juez Sewell no permitió a los ciudadanos de caridad extraer el cuerpo, la opinión expresada en su honor sería poco menos que sacrilegio, es inminentemente justo y apropiado. Todo el mundo va a ver el hombre de piedra, nada menos que trescientas personas han visitado a la criatura, que por cierto ha endurecido en las últimas cinco o seis semanas.“
Era una pequeña noticia tan fascinante que pronto se agotaron los impresos locales, el único problema era, es que nada del artículo era cierto…
Durante meses el engaño continuó extendiéndose, apareciendo numerosas veces en el periódico local, haciéndose incluso eco en numerosos diarios de todo el mundo. Twain admitió más tarde que él estaba sorprendido de la cantidad de gente que se dejó engañar por su historia. Era su primer intento considerado por él como una cadena de absurdos acontecimientos, pero una vez que se dio cuenta de lo bien que había salido su engaño..admitió sentir “una satisfacción secreta calmante“.
La intención del escrito según Twain era doble, en primer lugar burlarse de las historias de petrificación que estaban tan de moda en ese momento,…y su segundo motivo, sacar de sus casillas un nuevo político local, el juez de instrucción y de paz de la ciudad de Humboldt.
Twain señaló que el artículo del Hombre Petrificado incluía una pista bien visible que, para los lectores de cuidado, lo habrían identificado inmediatamente como una farsa. “Tenga en cuenta que la posición de las manos del hombre petrificado, están dispuestas en un gesto de burla“.
Esa motivación para la travesura del engaño, le hizo repetir meses más tarde otro artículo aterrador de un hombre que asesina a su familia y luego se suicida, menudo hoax sangriento.Este tema provocó un poco de indignación, sobre todo cuando los lectores señalaron que el presunto parricida, un tal Hopkinses seguía caminando sano y feliz,…en este caso Twain tuvo que publicar un artículo de seguimiento al día siguiente con este titular, “Le doy a todo la vuelta“, algunos periódicos indignados amenazaron con cortar relaciones con la empresa,…aunque como predijo DeQuille, pronto la tormenta amainó, y de nuevo el increíble Mark Twain les tomó el pelo a todos…
http://elbauldejosete.wordpress.com/2010/04/16/el-hoax-petrificado-de-mark-twain/