Amarres de Amor con Magia Blanca
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 La Magia Mental

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MensajeTema: La Magia Mental   La Magia Mental Icon_minitimeSáb 29 Oct - 17:47


LA MAGIA MENTAL
Capítulo I (primera parte)


DEFINICIÓN

Por “Magia Mental” entendemos todos los admirables ejemplos de la influencia de una mente sobre otra, como se ha comprobado en miles de diferentes formas, grados y fases. Sea en la forma de Magnetismo Personal o en la de un sutil encanto fascinador de una mente sobre otra, esta forma de fuerza mental que influye como por un encanto irresistible, que hechiza, encanta, fascina y atrae; o en lo que ha sido llamado Fascinación, en que una persona es capaz de influir sobre otra de una manera insuperable, ejerciendo una poderosa e irresistible influencia sobre sus afectos, emociones, pasiones o pensamientos; o en alguna de las otras formas similares del ejercicio de una no vista, inexplicable influencia sobre los otros; o en los fenómenos conocidos como Hipnotismo, Mesmerismo, Psicologismo, etc., con los cuales estamos todos más o menos familiarizados; o en los fenómenos relacionados con el reconocimiento del antiguo ocultismo durante estos veinte años últimos, bajo varios nombres y formas, el principio fundamental de los cuales consiste en formas de mental “tratamiento” de una u otra especie, presente o “ausente”; o en los fenómenos de lo que ha sido llamado “Sugestión”, de la que hemos oído hablar tanto en los círculos científicos; o en las varias formas de curas mentales o de fe, de las que tanto se ha hablado en estos últimos años, y sobre las que se han construido cierto número de religiones y cultos; o en las formas repulsivas de la influencia mental, conocidas como Hechicería, Vodoismo, Magia Negra, etc., encontramos el mismo principio fundamental y la manifestación de alguna fase de los fenómenos generales de la Magia Mental. La misma causa radica en todas sus manifestaciones: “bueno” o “malo”, “blanco” o “negro”. Todo es operación de una gran Ley o Principio de la Naturaleza.


MISTERIOSA INFLUENCIA DEL PODER MENTAL

Vemos en todas partes hombres que parecen ejercer una admirable y misteriosa influencia mental sobre otros, sobre los que están relacionados con ellos o sobre la mente en general. Estos se elevan a gran altura, debido aparentemente a alguna misteriosa influencia sobre las mentes y voluntades de los otros. Algunos obtienen poder y posición; otros obtienen riqueza y posición social por razón de alguna fuerza interna. Cuando nos encontramos con ciertas personas, quedamos impresionados en el acto por un Algo que emana de ellas, y que nos hace sentir su poder e influencia. Parece como que irradian una fuerza peculiar que cautiva nuestra voluntad y nos obliga a convenir con sus deseos en mayor o menor extensión.

Sabemos que cuando entra en un salón una persona determinada, parece llevar consigo una indefinible influencia que se hace aparente a todos. Ciertas casas y tiendas tienen su atmósfera propia, que es perceptible para las gentes que penetran en ellas. Ciertos lugares son deprimentes para todos los que habitan o concurren a ellos. Algunos negociantes inspiran cierto sentimiento de confianza a primera vista, mientras otros producen un efecto enteramente contrario. Algunas personas atraen; otras repelen.

Algunas gentes parecen tener una a modo de influencia sobre la mente de los que se ponen en contacto con ellas, de tal suerte que éstos se agrupan alrededor del que reconocen como jefe, inconscientemente, y así se forman cultos, religiones e “ismos”.

Todos sabemos cuán lejos puede llevar a sus partidarios un fuerte y “magnético” jefe. Hemos visto muchos ejemplos de esto en los últimos veinte años. Las gentes han seguido a estos iluminados como una manada de ovejas. Y seguirán haciendo lo mismo hasta que el principio fundamental sea comprendido y les proteja por sí solo.

Y todas estas cosas van a formar parte de los fenómenos de la magia mental. Seguramente el asunto es digno de investigación.


EL PRESENTE INTERÉS SOBRE LA MAGIA MENTAL

Hoy, como nunca, el sujeto de las fuerza místicas de la Mente, atrae la atención de la mayoría de las gentes pensadoras. En las antiguas edades, el conocimiento del asunto pertenecía a muy pocos, que lo guardaban celosamente de la mente del vulgo, obteniendo éste solamente algún deshilvanado informe de la cosa, adulterado por la más grosera superstición, y atribuido a la particular forma de la religión primitiva, prevaleciente en el particular lugar y en un tiempo dado. Y aun hoy, no obstante el interés popular sobre el sujeto, muy pocos han llegado a una científica comprensión de la materia, y la mayoría adquiere su conocimiento de la Nueva Psicologia en la forma de Dogma y Teoría, expuestas por algún culto o secta particular.

La Magia Mental ha sido, en una u otra forma, conocida por la humanidad desde los tiempos prehistóricos. Desde los primeros siglos, encontramos huellas de ella entre casi todos los pueblos. Y aun hoy es conocida y practicada, de un modo más o menos
ignorante, por todas las razas, desde el pueblo de más elevada civilización conocida, hasta los ignorantes salvajes africanos.

Muchos se han desviado de una seria consideración del asunto por el hecho de que muchas de sus formas van acompañadas de la más grosera superstición, y las más absurdas y repugnantes ceremonias. No han sabido ver que detrás de todas las extravagantes ideas y métodos de aplicación debía encontrarse una ley fundamental de la naturaleza. Y como quiera que esta ley está en constante operación y todo se halla sujeto a su influencia y efecto, es un deber de la gente culta el relacionarse con esta elevada fuerza o ley, a fin de que puedan comprender sus manifestaciones, obtener ventajas de sus beneficios y preservarse de sus errores. Creyendo que esto debe tenerse presente, esta serie de lecciones han sido escritas a fin de dar luz sobre un asunto comúnmente dejado en las sombras, o al menos en la penumbra, de la humana inteligencia.


LA BASE DE LOS MODERNOS “ISMOS”

Estoy plenamente impuesto del hecho de que muchas ingeniosas teorías han sido anticipadas por modernos escritores en lo referente a los fenómenos de la magia mental. Pero todos los que han estudiado el asunto se han percatado de que estas teorías, por hábilmente que hayan sido planteadas, son más o menos contradictorias en sí mismas, y más de un lector ha rechazado con disgusto el asunto después de vanas tentativas para reconciliar los opuestos puntos de partida. Y, para empeorar la materia, varios cultos y sectas e “ismos” han surgido a luz, cuyos propagadores han usado los aceptados principios de la magia mental como un fundamento para construir en el aire edificios de religión, filosofía y metafísica.

Muchos de estos cultos han pretendido un cierto monopolio de la gran fuerza natural y han asumido el derecho de ser los únicos custodios de los secretos comprendidos, alegando que proveen “del artículo legítimo; que todos los demás son bajos imitadores”, no obstante que todos ellos han llegado, por lo menos, a un práctico conocimiento de la fuerza y obtienen resultados, logrando cada uno de ellos el mismo tanto por ciento de triunfos, a pesar del hecho de que cada cual niega al otro la posesión del secreto y el derecho de usarlo. ¿Y no es indiscutible para todo inteligente observador que todos ellos usan el mismo, a pesar de sus contrarias teorías, y que sus resultados son obtenidos a pesar de sus teorías más que por causa de ellas?

¿QUÉ ES “MAGIA MENTAL”?

Quizás el mejor camino para empezar nuestra consideración del asunto será echar una ojeada a las definiciones originales de las dos palabras que componen el título de estas lecciones: “Magia Mental”. Siempre es conveniente recurrir al diccionario cuando se comienza la consideración de alguna materia, pues haciéndolo así inculca uno la idea original en la mente de las personas que usan el término por primera vez, y da al sujeto-pensamiento un firme y sólido fundamento. Se coloca uno en la posición del pensador original y se tiene la ventaja que siempre viene de la posesión de un nuevo pensamiento del venero de la mente. Queda uno capacitado para ver la Idea libre de las excrecencias que la atacan luego.

La palabra “Mental” deriva de la latina mentis, la mente, y Webster define la voz inglesa como “de o perteneciente a la mente”. Las definiciones de la palabra “Mente” son más o menos imperfectas y poco satisfactorias, y esto necesariamente, porque los hombres no conocen la naturaleza real de la mente, y únicamente les cabe definirla en los términos de sus propios estados. Quizás esta definición sea tan clara como otras cualquiera: “Por mente entendemos simplemente aquello por la cual percibimos, pensamos, sentimos y queremos. Así, “Mente” podemos considerarlo como significativo de o perteneciente a aquello por lo cual percibimos, pensamos, sentimos y queremos”. Esto por lo que respecta a la primera palabra.


LOS MAGOS PERSAS

La segunda palabra, “Magia”, deriva de la palabras persa “mag”, que significa “sacerdote”. Los sacerdotes persas eran “taumaturgos” o “mágicos”, siendo la última palabra derivada de la voz “magos”, nombre de una casta hereditaria de sacerdotes de la antigua Persia y Medea.
Esta orden magiana o culto esotérico del sacerdocio zoroástrico, representaba el centro del antiguo Ocultismo en aquel período de la historia del mundo, y su influencia se dejó sentir en todas partes, y ha continuado hasta nuestros días. Tan altamente eran respetados y considerados sus miembros, que los términos “sabio” y “mago” eran sinónimos. Los “Tres hombres sabios” que acudieron a venerar a Jesús en su nacimiento (Mateo, II) eran conocidos como magos y “hombres sabios de Oriente”. De la palabra “Magos” deriva el término “Magia”, que Webster define como sigue:
“La sabiduría oculta que se supone poseída por los magos; lo que se refiere a los poderes ocultos de la naturaleza; dominio de las fuerzas secretas de la naturaleza; que goza de extraordinarias propiedades; que requiere, aparentemente, más que poder humano”, etcétera.
Así podemos considerar la palabra “Magia” como significando:
“Domino de las fuerzas ocultas de la naturaleza, indicando el termino, la existencia de semejantes fuerzas y la posibilidad de dominarlas o ejercerlas.”


LAS FUERZAS OCULTAS DE LA NATURALEZA

Pero, por el uso del término “Magia Mental”, quiero significar el dominio meramente mental de las “fuerzas ocultas de la naturaleza”. Quiero significar que estas “fuerzas ocultas de la naturaleza” son mentales en carácter y naturaleza, y que su gobierno o dominio, significa simplemente el CONSCIENTE uso, dirección, dominio y aplicación de ciertas fuerzas mentales, llamadas “ocultas”, poseídos por los humanos, y usadas por todos, bien sea consciente o bien inconscientemente. Significa que uno puede aprender a aplicar “inteligentemente lo que ha venido usando ciega y desconocidamente”. Y como conocimiento e inteligente uso siempre significan poder, el conocimiento de los principios de estas fuerzas, y la consiguiente inteligente aplicación, proporcionará poder a los que las adquieran.


EL CONOCIMIENTO ESOTÉRICO

En tanto que es verdad que lo que se conoce por “Magia” ha sido siempre mezclado con una masa de credulidad, superstición e insignificantes formas y ceremonias, el hombre aplicado verá que estas excrecencias y apéndices se originan necesariamente de las supersticiones de la masa del pueblo y de las varias formas de primitivas religiones que la humanidad ha profesado durante la precesión de los siglos y las edades. Los mágicos eran casi siempre sacerdotes en los antiguos días, siendo esta la única carrera que se abría para ellos, y la que les permitía construir ritos de primitivas religiones entre su sabiduría y la ignorancia del pueblo.

El lector atento estará en aptitud de trazar la posesión de algo real y verdadero, siempre de manifiesto entre las varias formas de los varios antiguos cultos. Siempre será encontrado un culto esotérico o interior dentro de la masa de los esotéricos e ignorantes sacerdotes o prosélitos de los templos. Siempre brillaba la luz de la Verdad en el sagrario de los sagrados templos, para aquellos que eran lo bastante avanzados para adorarla en su santuario.


EL ANTIGUO USO DEL PODER DE LA VOLUNTAD

Y, entre los oscuros recuerdos de los antiguos misterios que han llegado hasta nosotros de la antigua India, Egipto, Persia, Caldea, Babilonia, Grecia y Roma, y los otros viejos centros de civilización y cultura, encontraremos siempre el fundamental principio de la existencia de alguna elevada fuerza relacionada con la Mente humana – o más particularmente, la Voluntad – que estaba en el fondo de los misterios, y la magia y los milagros. Detrás de todas las ceremonias, ritos y encantamientos se destacaba la idea esotérica de que la Voluntad era la fuerza real empleada bajo la máscara de los encantamientos y ritos supuestos para impresionar las imaginaciones y mentes del populacho. Detrás del amuleto y el encantamiento estaba la labor de la Voluntad de la persona que los empleaba, que era puesta en efecto por la Fe o Imaginación (un poder real, y no fantasía como muchos creen) del hombre ignorante de la fuerza real.

El escritor sobre esta materia, en la Enciclopedia Británica, ha dicho con justicia, aun cuando ignorando la verdad bajo las groseras formas:
“Existiendo una relación evidente entre un objeto y el pensamiento acerca de él, llega a ser una de las principales prácticas de la hechicería el probar y hacer cosas ocurridas por pensar en ellas.”

Y el mismo redactor, en otro lugar, dice:
“El elemento, en Magia, no dependiendo de “espíritus”, depende de imaginados poderes y correspondencias en la naturaleza, de que los adeptos se aprovechan a fin de descubrir ocultos conocimientos, y obran sobre el mundo que les rodea por medios más allá de la ordinaria capacidad de los hombres. Así, por mero esfuerzo de Voluntad...”, etc.

Y el estudiante que quiera escudriñar bajo la superficie, y leer entre líneas, se capacitará para ver la evidencia de la “Magia Mental”, bajo todas las formas de Magia, Misterio y maravillosos milagros de todos los tiempos y edades, y gentes de todas clases, caracteres o nombres. Detrás de todas las máscaras verá las facciones de este uso de la fuerza de Voluntad de los hombres, siempre la misma a pesar de las fantásticas y grotescas máscaras y disfraces.


William W. Atkinson


Fuente: http://elmistico.com.ar


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